Co-branding
Otro concepto que está bastante de moda en las estrategias publicitarias o de marketing es el co-branding, qué es simple y llanamente que dos marcas más o menos reconocidas se juntan para establecer una estrategia o campaña común.
La última y más conocida fue la que hizo Google con su producto Android al que, siguiendo la tradición de ponerle nombres de dulces a todas sus versiones, llamó KitKat. ¿Cuánto se benefició cada uno? Nunca se sabe, pero solo el hecho de que lo hicieran movió ríos de bits y ambas marcas estuvieron presentes en los medios varios meses, para bien o para mal.
Hay muchísimos casos; uno de los más antiguos pero ya en la era digital fue la campaña Intel Inside: Intel tenía – y tiene – un reconocido prestigio como fabricante de microprocesadores y los fabricantes de pc´s lo sabían – y lo saben – y por eso promocionan en todos sus equipos a Intel como factor determinante de compra. Presuponen que un comprador comprará antes un pc que tenga un Intel que uno que tenga una marca no reconocida.
Para Intel son todo beneficios y para las marcas, en cierta forma también.
Relaciones tan idílicas como las de Google o Intel son difíciles de obtener en un co-branding, aunque se intenta siempre que la relación sea un “win-win”: que ambas partes se beneficien. Siempre corres el riesgo de que la marca o marcas con las que compartes branding tenga alguna caída y te lastre a ti también y es difícil separar un co-branding en un momento de crisis. Además, la coordinación de estrategias de posicionamiento y de marketing de varias empresas suele ser una tarea difícil.
En resumen, a la hora de establecer una relación con otra marca para compartir estrategia debemos valorar sus debilidades y tener siempre un plan de emergencia para salvaguardar nuestra marca o bien asociarnos con empresas de riesgo casi cero: ¿quién no quiere ser pareja de baile de Coca-Cola?